miércoles, 22 de septiembre de 2010

HINOJOSA, Roberto

Identifica a tus antepasados. Envíanos biografías u hojas de vida y fotografías de ellos para incluirlos en el blog!

HINOJOSA, Roberto
Tres elementos conforman su prestigio histórico: la “revolución de Villazón”, sus proclamas revolucionarias y su trágica muerte como uno de los 5 colgados en la Plaza Murillo junto al Presidente Gualberto Villarroel. Su carrera de líder comenzó como Presidente de la Federación de Estudiantes de Cochabamba hacia 1920. Juan Albarracín lo describe como ajeno a todo academicismo y proclive a la acción y la violencia revolucionaria frente a la violencia de la represión. Salió al exilio por oponerse al saavedrismo y se integró a organizaciones bolcheviques en Buenos Aires y Montevideo, de donde retornó conduciendo a oradores uruguayos, argentinos y brasileños que luego hicieron carrera política e impresionó por sus dotes de orador. El Presidente Hernando Siles lo designó entonces Segundo Secretario de nuestra Embajada en Brasil.
La Revolución de Villazón se produjo el 16 de junio de 1930 contra la probable reelección del Presidente Siles, cuando 50 jóvenes tomaron esa población comandados por Roberto Hinojosa. Herbert S. Klein lo califica como el primer intento revolucionario en la historia de Bolivia y José Fellman Velarde considera que fue acción de “un pequeño grupo de románticos movidos por un programa semisocialista. Lo cierto es que en la confusión de los 70 puntos de su proclama habían planteamientos históricos como la nacionalización de las minas, de los depósitos petroleros, de las principales industrias y de las riquezas potenciales del suelo y del subsuelo, nacionalización de las líneas telefónicas y telegráficas, de los ferrocarriles y otros medios de transporte, intensiva abolición de los latifundios, sindicalización obligatoria, abolición del pongueaje y sufragio universal. Todo bajo el lema “¡Tierra y Libertad y las Minas para los trabajadores bolivianos!”
Hinojosa huyó a la Argentina y luego al Uruguay donde fue internado en la Penitenciaría Nacional. En 1932 pidió desde el Perú permiso al Presidente Salamanca para ingresar a Bolivia, pero le fue negado y se trasladó a México, donde colaboró al Presidente Lázaro Cárdenas y escribió libros y folletos como El Tren Olivo en Marcha (1937) y El Cóndor Encadenado (Monterrey, 1941). El Tren Olivo era el célebre convoy en el cual viajaba el Presidente Cárdenas para atender problemas locales, como la aplicación de la reforma agraria en la Comarca Lagunera, donde expropió tierras y aguas a los latifundistas y les dejó 150 hectáreas para su usufructo; creó el Banco de Crédito Ejidal y procuró formar, en palabras de Hinojosa, “un ejido de estructura económica equitativa; de expresión social, solidaria y altruista, de cultura racionalista; y de emoción enaltecida por los sentimientos del bien y la verdad”. Cárdenas repartió 20 millones de hectáreas y creó cooperativas agrícolas o ejidos. En ese tiempo conoció a Trotsky en el exilio y en la biblioteca del revolucionario ruso se conserva un libro de Hinojosa.
Pudo haber permanecido en México pero retornó al país para colaborar al régimen de Villarroel y en 1944 fundó el Partido de la Revolución Boliviana para apoyar al Presidente mártir y equilibrar la influencia del MNR. Trató de fundar una Confederación Obrera nacionalista en oposición a la CSTB controlada por el PIR, pero su mayor empeño fue colaborar en la organización del Primer Congreso Indigenal reunido el 10 de mayo de 1945 publicando fragmentos de un discurso de Lázaro Cárdenas en el Primer Congreso Indigenista Interamericano (Pátzcuaro, Michoacán) y comprometiendo el apoyo del embajador mexicano en La Paz. Más de 1.000 delegados asistieron a dicho Congreso y oyeron las palabras del Presidente Villarroel, de los movimientistas Germán Monroy Block (Ministro del Trabajo) y Hernán Siles Zuazo y del Ministro de Gobierno Edmundo Nogales, quien se vistió a la usanza aymara en un mundo oficial que usaba levita y chistera, atrayéndose las críticas cerradas de la Sociedad Rural de entonces.
El 13 de junio de 1946 hubo un amago de golpe de Estado y el diario La Razón fue intervenido por el gobierno, que circuló bajo la dirección de Roberto Hinojosa por algo más de un mes, hasta el aciago 21 de julio en que colgaron a Villarroel. La designación de Hinojosa fue firmada por el Ministro de Gobierno Edmundo Nogales Ortiz.
Hinojosa habría establecido las relaciones del gobierno de Villarroel con el gobierno de Lázaro Cárdenas que se tradujo en la construcción de la represa de la Angostura, construida por técnicos mexicanos, que desde entonces se llama Represa México.
Su muerte se produjo aquel 21 de julio, cuando disparaba desde el tejado del Cine París, frente al Palacio Quemado junto a un militar asimilado a quien se conocía como el Burrito Torrico, según escribe René Canelas López. Hinojosa fue cazado cuando huía y su cadáver colgado en la Plaza Murillo. Sus detractores lo acusaban por las notas incendiarias que escribía en el vespertino “Cumbre” y la prédica difundida por Radio Illimani a favor de Villarroel.
Manuel Frontaura Argandoña lo describe así: “Era un hombre de regular estatura, tez morena aceitunada, cuerpo robusto, con una personalidad animal que hacía pensar en la selva. No era profunda su cultura, tenía algo del chisporroteo de los juegos artificiales, le gustaban las frases efectivistas y en sus últimos años, la vida fácil”. Obtuvimos esta información de la biografía escrita por Valentín Abecia López.
OBRA.- Partido Revolucionario de Bolivia. Declaración de Principios (1928); La revolución de la Raza de Bronce y Jalisco en México (1935); Justicia Social en México; El Tabasco que yo he visto y Al Pueblo Boliviano. Manifiesto (1936); El Tren Olivo en Marcha, La Revolución de Villazón y Vórtice (1937); La Saeta Rota (1940); El Cóndor Encadenado (1941); La Revolución Francesa. Radio Teatro. Prólogo de Germán Monroy Block, Ministro del Trabajo (1945).

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