martes, 21 de septiembre de 2010

RIVERO, Francisco del

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RIVERO, Francisco del
1755-1813

Encabezó el grito libertario del 14 de septiembre de 1810 como coronel del ejército realista y ese es su mérito mayor; luego, las vicisitudes extremas de la guerra patria determinaron en él una conducta frecuente en una época cargada de amenazas de muerte de uno y otro bando, pero eso no pesa en el juicio de la posteridad como su adhesión temprana a la causa independentista y a la revolución que estalló en Chuquisaca, en La Paz y luego en Buenos Aires.
En 1783 era capitán de infantería del ejército realista y en 1802, comandante del Regimiento de Caballería. Un año después fue Regidor y había ascendido a coronel para 1810. Su dirigencia en el levantamiento del 14 de septiembre contra el Presidente Nieto le valió el ascenso a Brigadier General en 1811, decretado por la Junta de Buenos Aires.
Don Juan Francisco del Rivero Muguertegui, fue hijo natural y primogénito del Gral. Francisco del Rivero con Dña. Marcela Muguertegui; nació en la Villa de Oropeza (hoy Cochabamba) el mes de agosto de 1757. Contrajo nupcias con Dña. Sebastiana Nogales, con quien tuvo 8 hijos, 5 de ellos muertos a temprana edad. Sus tres hijos restantes son: Manuel Mariano, Teodoro y María. Tiene además dos hijas naturales: María Isabel Zambrana y Marcelina Fernández.
Su devoción le hizo peregrinar a Choquecamata para recuperar una imagen de madera del Justo Juez, que hoy se venera en la iglesia de San Miguel de Toco, donde hizo construir una capilla con esa advocación.
Era capitán de infantería del Real Ejército el 15 de febrero de 1783; comandante de caballería en 1802 y regidor alcalde provincial en 1803.
En agosto de 1810 el gobernador Gonzales Prada instruyó a Francisco del Rivero y a los oficiales Esteban Arze y Melchor Guzmán “el Quitón”, dirigirse a la ciudad de Oruro para sofocar la insurrección indígena encabezada por Victoriano Titichoca. El presidente de la Audiencia de Charcas, Vicente Nieto, ordenó concentrar tropas en Potosí, para hacer frente a los revolucionarios que venían de Buenos Aires. Rivero, Arze y Guzmán prefirieron retornar a Cochabamba el 6 de septiembre y levantarse el 14 de septiembre de 1810. El 19 un cabildo designó a Rivero Jefe Político y Militar del levantamiento y a Arze Jefe del ejército. Una de las determinaciones de Rivero fue nombrar subdelegado en Santa Cruz al patriota Antonio Vicente Seoane y marchar sobre Oruro y La Paz, con la victoria de Aroma. El 21 de noviembre, la Junta de Buenos Aires designó a Rivero comandante del recién creado Regimiento N° 7 de infantería (Regimiento de Cochabamba) y el 9 de enero de 1811 lo ascendió a brigadier general. Castelli llegó con el ejército auxiliar argentino en mayo de 1811, pero el recelo que guardaba por los combatientes charquinos hizo que los replegara a Jesús de Machaca, mientras se produjo la derrota de Guaqui. Rivero marchó en auxilio de Castelli, pero éste no le dio los pertrechos necesarios para frenar el avance del realista Goyeneche.
Notando los celos de Castelli, Rivero se replegó a Cochabamba el 29 de junio para enfrentar con Arze a Goyeneche. Entretanto Castelli fue destituido y se ordenó su reemplazo por Rivero el 27 de julio, pero antes se precipitó la derrota de Amiraya el 13 de agosto de 1811. Ante el clamor de la población, Rivero se entrevistó con Goyeneche el 14 de agosto en la hacienda de Chimba; el jefe realista le reconoció el rango y Rivero volvió a Cochabamba mostrando un ánimo conciliador e indulgente para proteger a la población. Cornelio Saavedra lo destituyó; Rivero recelaba tanto de Lima como de Buenos Aires, y proyectaba una entidad política independiente; a esta intención atribuyen los descendientes de Rivero el encono con que es calificado de traidor por historiadores argentinos.
El 19 de abril de 1812, Belgrano ordena a Mariano Antezana y a Esteban Arze arrestar a Rivero, pero la orden no llegó a cumplirse por el prestigio y la enfermedad del ilustre personaje, que falleció en junio de 1813 tras una prolongada enfermedad y un posterior accidente, en su casa ubicada en la Plaza de Armas, hoy Club Social, según puntualiza Javier Rivero. Sus restos fueron sepultados en la Iglesia de San Francisco, según el testamento otorgado a su hijo y albacea don Manuel Mariano del Rivero el 13 de junio de 1813.

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