miércoles, 22 de septiembre de 2010

LAREDO QUIROGA, Eduardo

Identifica a tus antepasados. Envíanos biografías u hojas de vida y fotografías de ellos para incluirlos en el blog!

LAREDO QUIROGA, Eduardo
1905-?
Cuando se fundó el Instituto “Eduardo Laredo”, don Franklin Anaya Arze, su creador y director hasta su muerte, no vaciló en darle el nombre que tiene. Hallamos en su archivo personal una biografía que justifica la elección: es un homenaje al padre de un genio musical, que lo sacrifica todo para pagar la educación de su hijo; pero es también la vindicación de un hombre que ve en su hijo, el violinista Jaime Laredo, la prolongación y ampliación de sus dotes musicales, pues Eduardo Laredo Quiroga concurrió a la fundación de la Academia de Música Man Cesped, antecedente del Instituto que llevaría su nombre.
Según los apuntes de don Franklin, Eduardo Laredo Quiroga nació el 29 de noviembre de 1905 y fue hijo de Luis Laredo y de María Quiroga de Laredo. Estudió la primaria en Bolivia, Argentina, Chile y Perú, y la secundaria en California, Estados Unidos, con estudios paralelos en el Arrillaga Musical Collage donde obtuvo el título de “Asociado en Artes” (A.A.), previo a la obtención de su Bachillerato en Artes. Se casó en 1929 con Elena Unzueta Urquidi. Quedó exento de ir a la guerra por la fiebre reumática que le aquejó de niño; sirvió de enfermero como alumno de Medicina de la Universidad de San Simón y atendió a los heridos evacuados de la guerra en el Hospital Viedma (Sala Militar). Tuvo tres hijos: Teddy, Marta y Jaime. El último de ellos determinó que la familia se trasladara a San Francisco, California, donde Jaime inició sus estudios musicales con Vicente de Arrillaga, el viejo profesor de su padre.
De 1948 a 1952, Eduardo Laredo fue profesor de música y dibujo en una escuela especializada para niños privilegiados que necesitan apurar sus estudios para dedicarse a la especialidad de su talento, y allí Jaime estudió la primaria en cuatro de los ocho programados. Jaime terminó el primer ciclo de Humanidades y Música, debutó en la Sinfónica de San Francisco, y se trasladó con la familia a Cleveland, Ohio, donde el profesor Josef Gingold lo preparó para ingresar al Instituto de alto nivel musical “Curtis”, en Filadelfia.
La familia Laredo vivió allí desde 1954, ya con la ayuda de los dos hijos mayores, que salieron profesionales, pero el alto costo de una educación musical elevada determinó que don Eduardo trabajara como secretario, casi traductor, de un grupo de jóvenes médicos sudamericanos becarios de la Universidad de Pensylvania, en Filadelfia, único trabajo al cual pudo acceder por la edad y por su afección cardíaca.
Retornó al país en 1959 y formó un ballet expresionista que dio seis recitales (1961-1963); formó pintores expresionistas y colaboró en los cursillos de artes plásticas ofrecidos por la UMSS. Dio clases particulares de piano; enseñó inglés y piano en el Instituto que lleva su nombre; organizó y dirigió el Coro de la Escuela Normal Teresiana, de gira por Bolivia en 1968.
Se trasladó a Santa Cruz por razones de salud; hizo apuntes del paisaje al pastel y vivió para comunicarse con sus hijos por correo. “Si no está en la casa está en el correo o leyendo sus cartas en la Plaza”, decían quienes lo conocieron. Lo visitaban sus ex alumnos de la Normal de Cochabamba y él les decía: “Mientras hay música, hay vida”.

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