1982:
FIEBRE DE PRODUCCIÓN
Una vez recuperada la democracia tras el
golpe del general Luis García Meza y la intervención militar presidida por el
coronel Juan Vera Antezana, pronto los cuadros políticos que habían salido al
exilio volvieron al país. Es el caso de Ramón Rocha Monroy, quien había sido
secretario general de la UMSS hasta aquel aciago 17 de julio de 1980 y volvía
del exilio en México cuando todavía los principales cuadros que ya estaban en
el país se mantenían en la clandestinidad.
Recuerdo que al día siguiente de mi llegada fui a
buscar a Jorge Trigo Andia, quien estaba oculto en una casa ubicada en el
Barrio Magisterio, junto a la Urbanización El Castillo en casa de un pariente,
y allá me instruyó que me hiciera ver con el personal de Canal 11 que estaba a
cargo de Fernando Aguilar como director interino. Lo hice por la mañana y
Aguilar me mostró un organigrama donde me había puesto como jefe de producción.
No le dije nada y por la tarde visitamos el canal junto al rector Freddy
Araníbar, Jorge Trigo Andia y otros funcionarios de la UMSS para darme
posesión. Aguilar me preguntó delante del personal si quería que grabáramos la
ceremonia en sistema PAL o NTSC y le contesté que yo no sabía un comino de
televisión y que grabara en lo más conveniente. Aguilar hizo una mirada
significativa al personal y me posesionaron. Entonces le propuse que se quedara
como jefe de producción y se fue resentido; pero más tarde fuimos y seguimos
siendo amigos.
El Canal universitario continuaba con un fuerte
tinte político. Se discutía en el país si se iba a convocar a nuevas
elecciones, posición del MNRI o convocar al Congreso elegido en 1980 y al final
ganó esta posición y el Congreso eligió Presidente de la República al Dr.
Hernán Siles Zuazo y Vicepresidente al Lic. Jaime Paz Zamora. Este último ya se
encontraba en el país, oculto en una casa de San Miguel donde vivía el médico
Roberto Rosa Ressini y el Dr. Siles Zuazo llegó al país el 10 de octubre de
1982.
Para entonces yo me había hecho cargo de la
dirección del Canal y viajé a La Paz con un equipo de producción en el cual era
camarógrafo Roberto Alem Rojo, a quien había invitado como ayudante de
producción. En La Paz fuimos a San Miguel, lo vimos luego de mucho tiempo a Paz
Zamora, ahora con cicatrices, y cuando salíamos pasaba a caballo nada menos que
Luis García Meza, acompañado de su hijo Lucho, de un señor Nielsen Reyes y de
dos agentes de seguridad que no identificamos. Me acerqué con micrófono a
preguntarle qué opinaba de la convocatoria al Congreso del 80, rió despectivo
sin desmontar y luego se fueron por el lecho del río.
Esos eran programas que difundía el informativo y
notas especiales. Amalia Decker había retornado asimismo desde México y se hizo
cargo de un programa en provincias titulado Nuestros Pueblos, en el cual
actuaba también de camarógrafo y editor Roberto Alem. Juntos hicieron varias
producciones en Tarata, Mizque, Arani y otras pequeñas ciudades en su fiesta,
así como el tinku en Tapacarí.
Con
Roberto Alem hicimos más de 30 microprogramas de no más de 5 minutos que
titulaban Gente que Trabaja y Gente Nuestra Gente; en el primer caso, con
obreros de la calle, salteñeros, choriceros, bicicleteros, afiladores,
cargadores y otros. De igual modo nos desplazamos a pueblos como Tarata para
hacerle una entrevista a don Víctor Fernández, que era armero y conocido concertinista;
y en el segundo caso, gracias a un convenio suscrito con el Lloyd Aéreo
Boliviano, enviamos equipos de dos productores, cada uno con cámara U-Matic,
para producir programas en el Cusco, Machu Picchu, Caracas, el Litoral
boliviano y otros.
En Panamá, un equipo dirigido por Roberto Alem hizo
programas sobre la llegada del Papa, el Panamá viejo, la Zona del Canal, otro
en Isla Grande con Rogelio Sinán, poeta, y otro en la la isla de San Blas, con
auspicios del LAB y el Instituto de Turismo de Panamá, que “nos trató como
duques”, según la expresión de Roberto Alem. Allá contaron con la colaboración
de nuestro Embajador en ese país, Félix Peñaranda. Cada equipo de producción
viajaba sin viáticos porque la gente se acostumbró a trabajar por voluntad propia
y con auspicios ajenos, debido a que era difícil tramitar presupuestos en la
UMSS.
En Cusco se grabó un programa gracias al vuelo
inaugural del LAB, que llevó a varios equipos de productores a Sacsahuamán y
Macchu Picchu. Hay una foto en la cual aparece Roberto Alem muy joven, junto a
la fortaleza de Sacsahuamán y el director Ramón Rocha Monroy llevando la
grabadora U-Matic.
Al viajar
a Macchu Picchu logramos llegar a la nariz de la locomotora, donde había un
pequeño balcón y así pudimos grabar la vía férrea, el paisaje y el ingreso y
salida por un túnel, que después nos sirvieron como cabeza de programa de Gente
Nuestra Gente. Los otros equipos de producción se dieron cuenta de nuestra
ausencia y procuraron también llegar a la locomotora, cosa que estaba
prohibida, y nos desalojaron a todos, pero nosotros ya habíamos grabado lo que
queríamos. En Macchu Picchu rompió a llover torrencialmente. Entonces le dije a
Alem que si no filmábamos en esas condiciones, nos iríamos sin imágenes del
lugar. Forramos el equipo U-Matic con bolsas de plástico y nos empapamos
filmando, pero la piedra mojada por la lluvia dio un programa que visualmente
era muy artístico. También visitamos la casa de Edilberto Mérida, un famoso
artesano de tendencia grotesca, que había expuesto en todo el mundo y lo
llamaban “El Picasso de los Andes”, cuyas figuras humanas tenían una
característica: manos y pies grandes. Tenía una casa toda hecha de barro e hizo
una figura de arcilla para regalarnos. Una referencia sobre el arte popular
cusqueño dice de él:
“EDILBERTO MÉRIDA
“Creador de un estilo escultórico cerámico nuevo conocido como "grotesco", en el que caricaturiza las características o rasgos étnicos del hombre andino. Son famosas sus madres indias, sus cristos desgarrados y esculturas de hombres y mujeres en actitudes de protesta, igualmente son conocidos sus santos y nacimientos. Su estilo ha hecho escuela y tiene innumerables discípulos en el Cusco y Pucará. Una universidad norteamericana le concedió el título de Doctor Honoris Causa en Bellas Artes.” (http://cuscologia.blogspot.com/2006/03/arte-popular-cusqueo_02.html)
“Creador de un estilo escultórico cerámico nuevo conocido como "grotesco", en el que caricaturiza las características o rasgos étnicos del hombre andino. Son famosas sus madres indias, sus cristos desgarrados y esculturas de hombres y mujeres en actitudes de protesta, igualmente son conocidos sus santos y nacimientos. Su estilo ha hecho escuela y tiene innumerables discípulos en el Cusco y Pucará. Una universidad norteamericana le concedió el título de Doctor Honoris Causa en Bellas Artes.” (http://cuscologia.blogspot.com/2006/03/arte-popular-cusqueo_02.html)
Entre los premios y
reconocimientos que ganó, están los siguientes:
“1987 La
Universidad de DePauw, EE.UU., le otorga el Doctorado Honoris Causa en Bellas
Artes.
1988 La Municipalidad de Cusco, Perú, le
entrega la Medalla de la Ciudad.
1988 La Municipalidad de Cusco, Perú, le
entrega la Medalla "Inca Garcilaso de la Vega".
1993 Recibe el Premio Nacional "Gran
Maestro de la Artesanía Peruana" por el 'Ministerio de Industria, Turismo,
Integración y Negociaciones Comerciales Internacionales'.
1998 Participa en la Primera Cumbre de
Artesanía Europa-América Latina.
1998 Recibe la Medalla del Congreso de la
República del Perú, otorgada por el Presidente del Congreso.
1999 Es nominado al premio "Príncipe
de España".
1999 Participa en la Conferencia Mundial
de Teología y Arte organizada por la Universidad de Notre Dame, EE.UU.
2002 Es reconocido como Patrimonio
Cultural Vivo de la Nación por el Instituto Nacional de Cultura del Perú.
2007 Es condecorado con la Orden "El
Sol del Perú" en el grado de Comendador por el gobierno peruano.” (http://es.wikipedia.org/wiki/Edilberto_M%C3%A9rida_Rodr%C3%ADguez)
Su biografía es contundente: “Edilberto
Mérida Rodríguez, (*Cusco, Perú, 24 de
febrero de 1927 - 7 de
junio de 2009) es uno de los más destacados
artistas peruanos del siglo
XX.
“Edilberto Mérida, nacido en el barrio de San Cristóbal (Cusco), en
1927, es un artista que se aleja de los imagineros tradicionales, mediante la
creación de personajes grotescos con rasgos exagerados (cabeza, manos y pies)
por lo que se le conoce como escultor del "barro de protesta".
Al César lo que es del César, Mérida inventa una variante del expresionismo,
llamada por Ricardo Cuya Vera el Expresionismo Indio. Su obra tiene
aceptación mundial por tener un sello muy personal, una patente visual nítida.
“Sus motivos de inspiración son, con frecuencia, religiosos, aunque también los de tipo
costumbrista y de reinvindicación popular.
“Es uno de los grandes expositores de la Sala de Arte Tradicional del Congreso de la República del Perú "Joaquín López Antay".”
Con la Federación Universitaria Local, Roberto Alem
hizo un programa titulado Días de Fuego, basado en datos históricos sobre
movimientos y procesos sociales. Poco después, tras un movimiento de personal
en el canal, Alem fue ascendido a Jefe de Producción. Había que reordenar equipos y en general era complicado trabajar en el
canal. Por entonces se produjeron programas de estudio como Taller de Análisis,
un programa de debate político, que tras un viaje a Siglo XX tuvo como fondo
unos periódicos para imitar el cuarto de trabajador minero que usaba Filemón
Escóbar en Siglo XX.
En Siglo XX se filmó un trabajo sobre Domitila
Chungara, otro sobre las minas nacionalizadas y una larga entrevista a Filemón
Escóbar, de la cual hay una fotografía que figura en el libro de memorias del
dirigente minero. Es una lástima que no haya podido conservarse esos programas
porque todo se grababa en cassettes U-Matic de 20 minutos, que eran muy caros y
entonces había que reciclarlos al día siguiente de ser emitidos. No se dejaba
archivo porque había que habilitar cassettes. Las ediciones por lo general eran
hechas en cassettes donados por DPA, la agencia de noticias alemana, o Euronews,
que enviaban cassettes U-Matic de 30 y 60’.
Había un equipo de producción dirigido por Luis
Mérida Coimbra e integrado por Roberto Alem,
Pocho Roca y Paco Ruiz, que hasta entonces hacía educación popular en
los pueblos basándose en miles de diapositivas, pero consiguieron
financiamiento para traer equipos de televisión y así fundaron el Centro de
Comunicación social Juan Wallparrimachi, creado en 1983. El convenio con el LAB
sirvió para que Mérida y Alem viajaran a Panamá a comprar equipos: una isla de edición,
una cámara U-Matic M3 y una grabadora 1640 y editaban en equipos 4800 y 4850.
Ese Centro tenía vinculación política, una señal de los tiempos que se hizo
patente incluso en el manejo del canal universitario.
Más tarde, Boxer Machicao, que era sobrecargo del
LAB, trajo otros equipos para el Centro Wallparrimachi.
Si bien el manejo del canal universitario era
político, con una alineación cerrada en defensa de la democracia y contra la
dictadura y la intervención, las condiciones técnicas para producir los
programas eran precarias. Los créditos y gráficos eran hechos en cartulina con
Letraset, que manejaba Víctor Guardia, viejo funcionario del Canal a quien se
debe también una serie de dibujos, entre ellos el logotipo del Canal, que tenía
una cholita cochabambina. También se producía con diapositivas sobre las cuales
se filmaba y había cabezas de programa hechos con diapositivas y Letraset.
Sobre este y otros temas, Roberto Alem fija sus recuerdos:
Había un
Telecine que era interesante porque las películas llegaban en rollos de 16 y 35
mm y con ese aparato las pasábamos a video, a veces la noche entera para
poderlas pasar.
Por entonces trabajaban en el
Canal César Céspedes y Walter Escóbar como técnicos, Roberto Pinto como jefe de
programación; Grover Arzabe, Marcelo Pinto, Carlos Lemaitre, Víctor Guardia,
Amalia Decker, quien también trabajó con Vicky de Moyano, que era venezolana y
ahora vive en Panamá. Algunos de estos funcionarios continúan en el Canal.
Roberto Alem recuerda en especial al conductor de una vagoneta celeste
Chevrolet, que servía para efectuar viajes a provincia, a quien apodaban
Kalimán. Con él se realizó un programa en Tapacarí para la fiesta del Tata
Santiago, el 25 de julio. También estaba Celsa Soria Galvarro, quien leía el informativo
y hoy es Jefe de Prensa del Canal.
Un caso especial es el de José
López, quien se inició todavía menor de edad en el Canal y hoy, cumplidos sus
46 años, es camarógrafo de prensa.
VIAJE AL LITORAL BOLIVIANO
Un día de paro cívico llegó al
canal universitario un realizador de Antofagasta, que trabajaba también en una
dependencia de la Universidad de esa localidad. Su padre era sacabeño y, si la
memoria no falla, se llamaba Esteban Cárdenas. Estuvo todo el día en Cochabamba
y lanzó una invitación a visitarlo. El director Rocha Monroy y el realizador
Grover Arzabe viajaron por tierra a Calama un 23 de marzo y allí presenciaron
el desfile militar chileno con tropas de infantería armadas con las legendarias
bayonetas corvas con las cuales pasaban por el cuello a los enemigos heridos.
Una pareja bailó cueca chilena y en la tribuna se brindó con chicha de Curicó,
que es una especie de guarapo. Fue inolvidable la colaboración de un boliviano
que vivía décadas en Calama y se llamaba… Luego el equipo visitó Antofagasta y
antes de proseguir su trabajo pidió audiencia con el Intendente de la región
que era un militar, pues se vivía la dictadura de Pinochet. El trato del
Intendente fue cordial y, a pedido, asignó al equipo un agente civil para
cuidar que sólo grabaran sitios históricos pero no militares. Bastaba ver la
pampa de Atacama, que fue antes nuestro Departamento del Litoral, para
comprobar la cantidad de bases aéreas, aviones de caza y casamatas que tenía,
no sólo por Bolivia, cuya frontera entre ambos países fue sembrada de minas
terrestres, sino por la creciente prosperidad del Perú. El Intendente preguntó
además dónde se alojaría el equipo boliviano, y cuando supo que era en casa de
Esteban Cárdenas comentó: Tienen suerte, porque es el rey de la noche. Eso se
pudo comprobar aquel viernes, porque resulta que Cárdenas había heredado de su
padre una cadena de night clubs en la costa norte, una de las cuales se llamaba
La Noche y tenía un show espectacular al estilo del Folies Bergere.
Como los festejos se prolongaron,
el agente civil llegó muy fatigado a casa de Esteban y se recostó en el sofá.
Si el equipo perdía aquella madrugada, no volvería al muelle de los pescadores,
así que dejaron al agente civil y se fueron a filmar a la luz del amanecer. En
eso un patrullero los detuvo y los envió a la celda casi todo el día,
incomunicados. El jefe de policía y el intendente habían investigado llamando a
Santiago y a Bolivia sobre la identidad del equipo de filmación, y como en la
Cancillería boliviana no tenían noticia del viaje ni nadie daba razón sobre el
equipo, éste fue invitado a compartir una mesa de mariscos con el jefe de
policía, debidamente rociada con vino y luego firmaron una nota en la cual se
decía que ellos habían visitado la policía chilena, que habían dialogado
amigablemente y luego se fueron, cosa que el equipo se apuró en firmar para
salvar el material y quedar en libertad.
Uno de los puntos visitados en
Antofagasta fue a casa del poeta Andrés Sabella, por entonces ya viejo, de
quien Pablo Neruda decía: Chile limita al sur con la Patagonia y al norte con
Andrés Sabella.
Luego el viaje prosiguió a
Tocopilla y antes al viejo puerto boliviano de Cobija, que ya no figura en el
mapa porque apenas había cuatro familias de pescadores entre las ruinas de lo
que fue una ciudad boliviana a juzgar por los adobes de carga y soguilla con
que se había construido las casas, a diferencia de la madera y calamina que
tanto abunda entre las costumbres chilenas. Se grabó el antiguo puerto ya en
ruinas y una anciana, que dio refugio al equipo, ofreció un suculento desayuno
de mariscos. No quiso aceptar dinero porque no conocía el valor de él. Una vez
a la semana, un camión cisterna les llevaba agua potable y a cambio se llevaba
mariscos. En la cocina-comedor había una pequeña plancha de material sintético
que, al examinar el reverso, resultó un dibujo naïf del pueblo de Gatico,
ubicado al frente de Cobija. Un equipo de arqueólogos de la Universidad de
Antofagasta realizaba excavaciones en un antiguo basurero y allí, al ver el
estrato correspondiente a la época boliviana, se pudo rescatar pedazos de
porcelana, botones de cobre de casacas marinera, porrones de whisky y, más
abajo, puntas de flecha de los indios changos, que se dedicaban a la pesca
utilizando balsas hechas con cueros de lobos marinos. El viaje fue azaroso pero
terminó bien y por entonces Canal 11 difundió esas filmaciones del Litoral
boliviano, las primeras que se hicieron en toda la historia, que
lamentablemente se perdieron.
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