ENTREVISTA CON CECILIA SOLIZ
Durante la intervención del rector Juan Vera
Antezana, el canal estuvo a cargo de Lessin Méndez, que al parecer lo manejaba
desde el sauna, a donde iba con frecuencia antes de ser promovido a diplomático
a México. El manejo político del canal había cambiado de signo, porque estaba
lleno de paramilitares de extrema derecha, como que restablecida la democracia
y la autonomía universitaria, se encontró un cassette U-Matic donde el rector
Vera Antezana era condecorado con la medalla que usa el rector autonomista, y
de inmediato se hizo un spot para que el rector intervencionista devolviera
dicha medalla a la Universidad autónoma.
Luego de un interinato del administrador, Gonzalo
Landaeta, se hizo cargo de la dirección Grover Arzabe, actualmente en la
Facultad de Medicina, Cecilia Solíz, Carlos Krings, Jorge Luis Flores, Gustavo
Rodríguez Ostria y hoy el que fue jefe de la Carrera de Comunicación, Lic.
Gunnar Zapata.
Entrevistamos a la Lic. Cecilia Soliz, quien
estudió comunicación en la Universidad Latinoamericana, de México DF, y
contribuyó al diseño de la curricula de nuestra carrera de Comunicación. Con
esos méritos se hizo cargo de la dirección, pero en su entrevista recordó que
el canal venía arrastrando una crisis institucional y profesional que lo sumia
en condiciones lamentables, según expresión de Solíz. Lo que había tenido equipos
de filmación y realización y un gran escenario para eventos importantes, puesto
que tenía vida, se había convertido en depósito de trastes con un espacio
reducido de 2x2 metros que se usaba en el set para emitir los pocos programas
que producía el canal, entre ellos el Informativo Universitario, porque se hizo
corriente vender espacios, como que el informativo, que es la médula espinal de
un canal, había sido terciarizado ya como una década a una empresa que compraba
espacio y emitía. Televisión Universitaria se volvió un canal emisor que no
producía nada porque no había la fuerza de los primeros años y había
desaparecido la coyuntura de defensa de la democracia y la mística de entonces.
Por otra parte, según Cecilia Soliz, el canal se veía afectado por la formación
empírica y autodidacta en producción, manejo técnico, camarografía y
realización.
Por entonces el canal recibió un equipo de
transmisión que daba amplia cobertura y había significado una inversión enorme,
pero el canal no tenia qué transmitir.
Con esas limitaciones, Solíz inició su proyecto
visitando las unidades facultativas y de investigación, así como los proyectos
que componen la UMSS para explicar la importancia de contar con un canal de
emisión que debía ser la ventana de la universidad pública hacia la comunidad.
Para mí
esto era inaudito, con toda la producción intelectual de nuestra Universidad,
pero también con su mayor palestra inutilizada. Entonces mi proyecto tuvo dos
componentes: 1) No podíamos producir porque no contábamos con equipos ni con
profesionales; y 2) Debíamos transmitir a las unidades de la U la importancia y
el uso que podían dar al canal. Lo segundo se realizó en reuniones con decanos,
directores y proyectos que contaban con financiamiento internacional, para
explicar que no sólo teníamos falta de recursos humanos, técnicos y financieros
sino que necesitábamos fondos para que dichas unidades hicieron uso del canal.
La gestión de Solíz se impuso la tarea de difundir
las posibilidades de emisión del canal por un año, debido a que era muy difícil
ligar la actualidad de entonces con experiencias pasadas y volver a poner en el
imaginario de los universitarios estudiantes y docentes la importancia del
canal. Fue una gestión complicada pero, en retrospectiva, Solíz juzga que fue
bastante saludable, pues terminada su gestión hace unos diez o doce años,
continúan algunos programas de entonces. Si había producción precaria, una
vinculación estricta con la Universidad podía traducirse en la emisión de
programas importantes. De ahí las entrevistas hechas por personal del Centro de
Estudios Sociales Universitarios (CESU), que era manejado por profesionales de
esa repartición en la definición de contenidos e invitados, con apoyo técnico
del canal. Solíz ve con satisfacción que esos programas se han matenido.
Asimismo relieva en su gestión que, siendo docente
de la carrera de Comunicación, ésta no tenía ligazón alguna con el canal; pero
al asumir la dirección, dice que le pareció de vital importancia vincularlos,
cosa que hasta entonces no se permitía.
Los
anteriores directores no estaban muy vinculados con la carrera, que era nueva;
yo participé en el diseño de la curricula y conocía el tema, así como las
limitaciones de equipamiento, de suerte que debía haber complementación entre
lo poco que ofrecía el canal con los nuevos talentos y recursos técnicos de la
carrera. De ese modo conseguí que se habilitara cuatro auxiliaturías de
docencia para el canal, de modo que cada año, cuatro nuevos estudiantes
pudieran tener espacio en el canal universitario, lo cual implicaba mínimo
reconocimiento económico por medio tiempo de trabajo. Esto fue muy
reconfortante para mí, porque veía a estudiantes en formación, con un talento
enorme, que le daban una nueva dinámica al canal. Pero cuando las instituciones
trascienden su monotonía, se crean sitios oscuros en la administración, y así
tuve que enfrentarme a sectores reacios al cambio, pues al llevar a los
estudiantes al canal se produjo una crisis feroz que me hacía frente cuando yo
opinaba lo contrario. Algunos de los trabajadores opusieron una pared absoluta
y una resistencia desmedida al cambio. Las pugnas internas se convirtieron en
la médula del canal, y había que tener cintura política para manejar los
conflictos internos, cosa que demandaba la mayor cantidad del tiempo que debía
ser asignado a la producción. Así se creó un quiebre entre el trabajador
sindicalizado y los nuevos estudiantes, porque los primeros creían que iban a
perder sus puestos de trabajo.
Solíz recuerda que de esa época quedó Jhoanna
Mariel Pérez Paz, que conduce el Informativo Central del Canal, así como muy
buenos productores de programas que duraron dos años y renovaron incluso el
lenguaje televisivo; programas que tuvieron alguna repercusión y productores
que todavía veo en otros medios y que ganan premios; pero la falta de soporte
económico conspiró con su continuidad porque en esas condiciones es muy difícil
sostener un programa.
En resumen, Cecilia Solíz destaca esos dos
atributos de su gestión: vincular el canal a la UMSS, y a la carrera de
Comunicación con el canal.
Otro factor adverso fue la aparición y desarrollo
de la televisión privada en nuestra ciudad. Era el año 2002 y el canal
universitario sintió el impacto de dicha arremetida, porque los privados ponían
presupuesto a sus producciones y acaparaban la publicidad. El canal
universitario tenía que reencontrarse, puesto que se prohibía la contratación
de publicidad. Con una subvención adecuada el canal podía cumplir su cometido,
pero sin ella era muy difícil limitarse al presupuesto que asignaba la UMSS,
que cubría sólo los sueldos de los trabajadores mas una caja chica de alrededor
de Bs. 4.000, que estaba en permanente trámite y discusión. “Una pobreza
desoladora”, resume Solíz, pues no había apoyo a la producción ni buenos
programas, y tampoco publicidad, porque, aun con autorización de la U, los clientes buscan los mejores programas de
la TV privada para acomodar su publicidad.
Otro elemento que Solíz rescata es el proyecto de
consolidar un sistema de televisión nacional, que demandó varias reuniones de
los directores de los canales universitarios en el país. La televisión privada
funcionaba con redes nacionales, lo cual tornaba difícil sostener un canal
regional. Por entonces estuvo como administrador Raúl Mallón, economista, quien
había trabajado antes en la banca.
Otro logro, a juicio de Solíz, fue recuperar el
informativo central, que dirigía el periodista José Nogales Nogales, a quien la
ex directora dice estimar y admirar. Luego de muchos años se logró recuperar
ese espacio. Nogales Nogales dirigió el informativo alrededor de una década.
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