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viernes, 24 de septiembre de 2010

BLANCO FERRUFINO, Federico

Identifica a tus antepasados. Envíanos biografías u hojas de vida y fotografías de ellos para incluirlos en el blog!

BLANCO FERRUFINO, Federico
1827-1896

Su obra más reconocida es el
Diccionario Geográfico de la República de Bolivia, cuyo segundo tomo referido a Cochabamba se publicó en 1901. Humberto Solares dice de él que es “un buen exponente de la inteligencia de su tiempo”. Abogado, excelente historiador, docente de ciencias naturales y filosofía y no menos notable geógrafo; en suma, el científico formado en la tradición renacentista, con una visión integral de las ciencias sociales y las ciencias naturales. Su Diccionario Geográfico de Cochabamba tiene apuntes antropológicos, sociológicos e históricos.
Fue alumno del Colegio “Sucre”, de Cochabamba, en 1841, pero dos años después las dificultades económicas de la familia lo obligaron a trabajar de aprendiz de carpintería junto a su hermano Cleómedes. Así los vio el Rector del prestigiado colegio, el Dr. Lucas Mendoza de la Tapia, y costeó sus estudios con los sueldos devengados en el Tesoro de Instrucción.
En 1849, el Rector del Colegio Sucre don Braulio Quevedo designó a Federico profesor auxiliar de ciencias naturales y físicas, y dos años después fue profesor titular de Filosofía. En 1852 tomó posesión de la Hacienda de Totorani, en Ayopaya, único fundo que la familia pudo rescatar del patrimonio del Presidente Blanco. Fue Rector y Profesor del Colegio Nacional de Oruro, donde contrajo matrimonio con Vicenta Soto y a su retorno a Cochabamba el gobierno aprobó un texto suyo de Física destinado a la instrucción pública. El año 1859 fue Vicecancelario y Rector del Colegio Sucre y en 1869 ejerció de abogado. Un año después se desató una campaña insidiosa contra la memoria de su padre, que motivó la edición del folleto “El General Pedro Blanco y los sucesos políticos de 1828”. Poco después publicó la “Biografía del General Pedro Blanco”, “Apuntes para la historia de
Bolivia” y “Rectificaciones para la historia de Bolivia”, que rebate las apreciaciones históricas de Gabriel René Moreno sobre los sucesos de 1828. Todas estas obras las escribió en colaboración con su hermano Cleómedes, en el noble afán de restituir los méritos del General Blanco como héroe de Junín y Ayacucho, y de desvirtuar las acusaciones que fueron fruto del encono político de la época. Federico Blanco precisó la fecha de la batalla de Aroma el 14 de noviembre de 1810 y no el 14 de octubre, como enseñaban los historiadores de la época en el folleto “Documentos para la historia
de Bolivia”, de 1877. Años antes tradujo del francés un texto de Historia Natural aprobado por el Consejo Universitario de Cochabamba y en 1884 reseñó las obras de historia natural de Bolivia y los perfiles
de los exploradores del Amazonas. Por fin en 1893 publicó “Apuntes para la historia de la ciudad de Chuquisaca”, de unánime acogida en la Capital. Un editorial de “El Comercio” de Cochabamba dice de él: “Patriota esclarecido, profesaba esta doctrina: A Bolivia no le basta existir, le es preciso prosperar”. Fue munícipe, Vocal de la Corte de Distrito de Cochabamba y Presidente de la Mesa rectificadora del catastro de Cochabamba. Miembro de sociedades científicas del país y del exterior, la muerte lo sorprendió cuando escribía una historia de la Colonia, remontándose a nuestras culturas originarias.
Nació en Tarija un 11 de marzo y murió en Oruro un 6 de noviembre; su descendencia es cochabambina. Era hijo del Presidente Pedro Blanco Soto, héroe de Junín y Ayacucho, asesinado en La Recoleta, de Sucre, el 1º de enero de 1829 y de Ana Ferrufino, hija de Ignacio Ferrufino, mártir de la Independencia.

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